lunes, 24 de diciembre de 2012

NAVIDAD 2012

Una Navidad más, y me asombro de como se ha perdido el verdadero sentido de lo que es la solemnidad de la Navidad en este mundo tan secularizado.
En las tarjetas que se envían por Internet, aparece Santa Claus, animales graciosos de todo tipo, bosques, nieve por todos lados, menos el verdadero protagonista: "El Enmanuel, Dios con nosotros", la Palabra de Dios hecha carne; la segunda persona de la Santísima Trinidad que se hizo igual en todo a nosotros, menos en el pecado, para salvarnos, para darnos la vida eterna. Y esta es la Buena Noticia que a nosostros los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad debe alegrarnos.


Algunas citas bíblicas, que nos ayudan a entender este gran misterio de la Encarnación y el nacimiento del Hijo de Dios las transcribo a continuación, para que nos recuerde el verdadero sentido de la Navidad y que esto nos anime en nuestra fe, que es un tesoro que llevamos en vasos de barro, que debemos cuidar y defender con mucho celo. Ya que sin Dios no somos nada, nuestra vida pierde sentido, se nos pierde en la vacuidad de la comedia de este mundo que pasa. Por eso para rescatarnos de la muerte, Él vino a nuestra tierra, tomando nuestra naturaleza, para estar cerca de nosostros, para vivir entre nostros, para quedarse dentro de todo corazón que lo acoja y le de un albergue caliente de amor, libre de toda inmundicia y torpeza.


 

"Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibieramos el ser hijos por adopción" Ga 4, 4-5 


Esto dice el Señor:
"Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz brotará un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor.
No juzgará por apariencias ni sentencierá sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será el ceñidor de sus cintura, y la lealtad el cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, y la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: y un niño pequeño los conducirá. La vaca pastará con el oso, sus crías yacerán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará junto al agujero del áspid,la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiuente. Nadie hará daño ni estrago por todo mi Monte Santo: porque estará lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como bandera de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada."  Is 11, 1-10


"A través de muchas etapas y de muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros antepasados por ministerio de los profetas; en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien ha constituido heredero de todas las cosas y por quien creó los mundos".
Hb 1, 1-2



"Dios ha hecho aparecer a a la vista de todos los hombres la gracia que nos trae la salud; y nos enseña a vivir con sensatez, justicia y religiosidad en esta vida, desechando la impiedad y las ambiciones del mundo". Tt 2, 11-12 


"Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manios acerca de la palabra de vida (porque la vida se ha manifestado, y nosostros hemos visto y testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado): lo que hemos visto y oído os lo anunciamos, a fin de que viváis en comunión con nosotros.Y esta nuestra comunión de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo". 1Jn 1, 1-3 



 A continuación algunos villancicos tradicionales y sones de Pascua nicaraguenses para escuchar en familia durante la Nochebuena y el día y tiempo litúrgico de la Navidad:






 

sábado, 19 de noviembre de 2011

Jesucristo, rey universal

Hoy, Domingo 20 de Noviembre de 2,011, la Iglesia Católica, celebra la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey Universal. Día, en que también iniciamos este Blog con el fin de que Dios, sea más conocido y más amado por todos los que lean estas reflexiones, que no tienen que ser necesarisamente mías, como ocurre en esta ocasión en la que transcribo, la segunda lectura del Oficio de Lectura del día correspondiente a esta Solemnidad, la cual está tomada del Opúsculo de Orígenes, presbítero, Sobre la oración (Cap.25: PG 11, 495-499):


VENGA TU REINO


Sí, como dice Nuestro Señor y Salvador, el reino de Dios no ha de venir espectacularmente, ni dirán: "Vedlo aquí o vedlo allí", sino que el reino de Dios está dentro de nosotros, pues cerca está la palabra, en nuestra boca y en nuestro corazón, sin duda cuando pedimos que venga el reino de Dios lo que pedimos es que este reino de Dios, que está dentro de nosostros, salga afuera, produzca fruto y se vaya perfeccionando. Efectivamente, Dios reina ya en cada uno de los santos, ya que éstos se somenten a su ley espiritual, y así Dios habita en ellos como en una ciudad bien gobernada. En el alma perfecta está presente el Padre, y Cristo reina en ella junto con el Padre, de acuerdo con aquellas palabras del Evangelio: Vendremos a fijar en él nuestras morada.
Este reino de Dios que está dentro de nosotros llegará, con nuestra cooperación, a su plena perfección cuando se realice lo que dice el Apóstol, esto es, cuando Cristo, una vez sometidos a él todos sus enemigos, entregue el reino a Dios Padre, para que Dios sea todo en todo. Por esto, rogando incesantemente con aquella actitud interior que se hace divina por la acción del Verbo, digamos a nuestro Padre que está en los cielos: Santificado sea tu nombre, venga tu reino.
Con respecto al reino deDios, hay que tener también esto en cuenta: del mismo modo que no tiene que ver la justificación con la impiedad, ni hay nada de común entre la luz y las tinieblas, ni puede haber armonía entre Cristo y Belial, así tampoco pueden coexistir el reino de Dios y el reino del pecado.
Por consiguiente, si queremos que Dios reine en nosotros, procuremos que de ningún modo continúe el pecado reinando en nuestro cuerpo mortal, antes bien, mortifiqumos, las pasiones de nuestro hombre terrenal y fructifiquemos por el Espíritu; de este modo Dios se paseará por nuestro inerior como por un paraíso espiritual y reinará en nosotros él solo con su Cristo, el cual se sentará en nosotros a la derecha de aquella virtud espiritual que deseamos alcanzar: se sentará hasta que todos sus enemigos que hay en nosotros sean puestos por estrado de sus pies, y sean reducidos a la nada en nosotros todos los principados, todos los poderes y todas las fuerzas.
Todo esto puede realizarse en cada uno de nosotros y el último enemigo, la muerte, puede ser reducido a la nada, de modo que Cristo diga también en nosotros: ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? Ya desde ahora este nuestro ser, corruptible, debe revestirse de santidad y de incorrupción, y este nuestro ser, mortal, debe revestirse de la inmortalidad del Padre, después de haber reducido a la nada el poder de la muerte, para que así, reinando Dios en nosotros, comencemos ya a disfrutar de los bienes de la regeneración y de la resurrección.

REFLEXIÓN SOBRE LAS LECTURAS DEL DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE DE 2,011, EN LA SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY UNIVERSAL

 La segunda lectura del Oficio de Lectura, nos recuerda que desde nuestro bautismo hemos pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas al reino eterno. Pero por nuestra debilidad, por nuestra falta de fe, quizás nos hemos apartado de Dios, le hemos dado la espalda y nos hemos ido tras los ídolos de este mundo, dejándonos seducir por el Maligno que nos ha engañado haciéndonos creer que somos dioses, señores de nuestra vida y de nuestra historia. Hemos pecado, volviéndonos materialistas, carnales, hedonistas. Este día domingo,  la Palabra que se nos proclama en la Santa Misa, nos viene a animar. En la primera lectura tomada del libro del profeta Ezequiel, capítulo 34, versículos del 11 al 12 y del 15 al 17, el Señor nos vienen a consolar, diciéndonos: "Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré descansar. Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarrriadas; vendaré a las heridas, curaré a las enfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido". Deja hermano que esta palabra sea una realidad en tu vida, porque el Señor agrega: "Y a ustedes, mis ovejas, así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío".  Con el Salmo 22, podemos exultar diciendo: "El Señor es mi pastor, nada me falta". Que alegría y que consuelo, hermano.No importa cuales sean nuestras circunstancias o sufrimientos, si caminamos en el Señor, podemos afirmar: "El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar. Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas, me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos, me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término". Lo ves, hermano, si el Señor camina a nuestro lado, ¿quién podrá dañarnos? ¡Con Él caminamos seguros  y en paz a la vida eterna, podemos gustar cada día lo bueno que es el Señor, en medio de nuestras luchas y tribulaciones!. La segunda lectura, tomada de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 20-26.28, nos pone de cara a la maravilla que Dios hará con nosotros al final de los tiempos: "Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrreción. Si por Adán murieron todos, por Cristo, todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá al Padre, al que le sometió todo. Y así Dios lo será todo para todos". Te das cuenta, hermano, esto es lo que esperamos: ¡Resurrección, Vida Eterna en Cristo!. Pero, para ello, para heredar el reino preparado para nosotros, desde la creación del mundo, para que cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre, nos diga: "Vengan ustedes, benditos de mi Padre; hereden el Reino prepardo para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaronn, en la cárcel y vinieron a verme". Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Les aseguró que cada vez que lo hicieron con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron", debemos practicar lo que nos dice este Evangelio tomado de san Mateo 25, 31-46, que en definitva, es: "Amar al prójimo como a nosotros mismos", porque no todos los que decimos: ¡Señor, Señor!, entraremos al Reino de los Cielos.
"SI ALGUNO DICE : " AMO A DIOS", Y ABORRECE A SU HERMANO, ES UN MENTIROSO; PUES QUIN NO AMA A SU HERMANO, A QUIEN VE, NO PUEDE AMAR A DIOS, A QUIEN NO VE" (1 Jn. 4, 20)